Estamos acostumbrados a ver a las Dolorosas con sus mejores galas durante la Semana Santa, ricos mantos bordados, sayas de dulzura, joyas, coronas y encajes, durante la Cuaresma, ocurre lo contrario, las Vírgenes se visten de hebreas, sin joyas, sin lujos, sin corona, sin bordados... en definitiva sin ningún elemento ostentoso, para así de una manera idealizada poder visualizar a la Madre de Jesús como una mujer hebrea de su época.
El origen de esta vestimenta está en los años 20 del siglo pasado en Sevilla, cuando el artista Juan Manuel Rodríguez Ojeda vistió de esta forma a la Virgen de la Hiniesta, que llegó a lucir así en su paso en alguna ocasión. La costumbre se generalizó a partir de los años 50, alcanzando hoy a la práctica totalidad de las Dolorosas españolas.
La vestimenta de hebrea sigue un mismo modelo con pocas variaciones: Saya de terciopelo rojo granate, ceñida en la cintura, fajín con rayas de vivos colores rematados por flecos, que se anuda sobre la saya, manto azul de raso en origen pero también terciopelo, con las vueltas blancas, el rostrillo y pecherín dispuesto en forma de tablas, generalmente con tul o raso, aunque en la actualidad se utilizan otros muchos tejidos sin perder el espíritu original. La Virgen no luce corona de reina, se sustituye por una aureola con doce estrellas, aunque a veces luce diadema, y en las manos, un elemento imprescindible: la corona de espinas en recuerdo de la Pasión de Cristo.
El conjunto recuerda la Inmaculada Concepción de la Virgen, no sólo por las doce estrellas, sino también por el colorido, ya que el rojo jacinto y el azul cobalto eran los colores inmaculistas originales, sustituidos posteriormente por el blanquiceleste.
En nuestra ciudad poco a poco desde hace algunos años se ha ido introduciendo también esta indumentaria para las imágenes de la Virgen en tiempo de Cuaresma. La primera en lucir de hebrea fue, como no, la Reina de Alcalá, la Virgen de la Soledad a la que le fueron siguiendo las demás en fechas relativamente recientes. Incluso la Virgen de la Misericordia de la Hermandad de Los Trabajos luce así vestida en su paso cada Miércoles Santo.
Aquí podemos ver en orden a: La Misericordia, Las Angustias, Los Dolores, La Esperanza, Las Lágrimas y del Consuelo, La Soledad y La Trinidad.
